Capítulo 9

Kerim llegó al apartamento con el ceño fruncido. Apenas puso un pie en la puerta, vio unas bolsas de basura tiradas en el pasillo. Con fastidio, las tomó en la mano, empujó la puerta con brusquedad y entró.

Al entrar, sus ojos se clavaron en Zeynep, que dormía en el sofá, con el cuerpo encogido y el rostro cansado. Kerim, lleno de ira, pateó con fuerza una esquina del sofá y arrojó las bolsas al suelo.

El golpe la hizo despertar sobresaltada.

—Ah… no te escuché llegar —balbuceó, poniéndose de pie de inmediato—. Lo siento… me quedé dormida.

Kerim la miraba con dureza, sus ojos fríos, cargados de desprecio. Zeynep, intentando acercarse, dio un par de pasos hacia él, pero él retrocedió con un gesto de rechazo.

Ella lo observó herida, con la voz quebrada.

—Pensé que no vendrías… que te habías ido con ella.

Kerim soltó un suspiro intenso, levantó las dos manos con desesperación y comenzó a mirar a su alrededor como si el simple hecho de estar en ese lugar lo consumiera. De pront