Darién Ferrer
Pasan varios días después de esa llamada, aunque él no lo admita en voz alta, no puede evitar imaginar a su madre sufriendo, eso le duele profundamente.
A veces queremos no sentir, sobre todo cuando sabemos que esa persona no merece nuestro amor, ni nuestro tiempo.
— ¿Qué haces acá?— Cuestiona Miranda sorprendida de ver a Darien sentado en su silla en su oficina, mientras Marco organiza unos documentos con muy mala cara.
—Esperándote, saliste a comer hace dos horas. — Le reprocha viendo el reloj.
—Estaba con mi padre, sabes que esta no es la única empresa de la cual debo estar atenta. — Explica Miranda quitándose el abrigo, dejando ver su hermosa figura en un traje de dama color negro a la medida.
—Te vez hermosa. — Dice acercándose a ella, sin importar que en la oficina esta otro hombre.
—Gracias. — Responde nerviosa, se supone que su no relación sería algo de bajo perfil...Cuando él se acerca más ella retrocede, con vergüenza ante la presencia de Marco.
— ¿Me tienes mie