ANNA
Trago con fuerza a tenerlo así, tan cerca y a medio vestir.
—Holly me pidió ayuda, no sabía que era para tus curaciones —hablo antes de que diga algo—, se ha ido —termino, pequeña pilluela.
Escucho una fuerte exhalación que sale de sus pulmones.
—Bien —se sienta en la cama y observa el corte, imagino que ha aceptado, me acerco a pasos lentos y me siento a su lado, nos mantenemos en silencio en lo que preparo las compresas para limpiar la herida, muerdo mi labio al sentir el aroma fresco y masculino que emana.
Aplico el líquido sobre la piel abierta, es un corte un tanto profundo, no hace ningún movimiento cuando pienso que va a sentir el escozor del líquido, limpio la parte de la espalda que tiene una gran raspadura y solo veo sus músculos ondearse, uso suturas adhesivas para cerrar la herida cuando está limpia.
—Ya está —digo recogiendo todo.
Nos ponemos de pie al tiempo y él se vuelve hacia mí.
—Gracias —dice mirándome a los ojos, no sé qué más esperaba, pero me siento decepcio