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NATE
Mi hija hace un puchero y su tierno rostro muestra enojo.
—No quiero papá, dile a la abuela que les diga a las chicas que preparen el fetuccini para mí —se adelanta al auto y suspiro con fuerza, parece que nunca va a aceptarla.
Abro la puerta para mi hija y ella sube a su silla cruzándose de brazos mientras mantiene su ceño fruncido, luego abro la puerta para kathe.
—Que ha dicho Gareth, hijo —mi madre se acerca a mí después de saludar a mi hija, besa mi mejilla, le explico todo con detalles y ella no puede ocultar su alegría, sus ojos se cristalizan y me abraza.
—El cielo me ha escuchado —musita y seca sus lágrimas—, nuestra niña va a recuperarse completamente.
—¿No es una excelente noticia Emma? —Kathe toma las manos de mi madre.
—Es más que eso, querida —ellas tienen un momento.
—Iré al despacho, Holly quiere cenar…
—Me lo ha dicho cuando ha entrado —menciona mi madre sonriente y asiento—, necesito que le informes a Sue, que mañana a primera hora debemos ir a la clínic