Dos días después que Aaron se llevará a su casa a mis hijos acompañado de mi nona, Arturo llegó a la casa donde vivíamos muy eufórico, entró en la cocina donde yo me encontraba, cogió mi mano llevándome hasta el salón sentandonos en el sofá los dos juntos.
— ¿Qué pasa Arturo? — le pregunté extrañada
— Mañana viene Kevin a Londres con sus abogados, iremos al bufete de un conocido abogado de aqui, de Londres, pero Kevin quiere que te lleves a su hija, porque según él quiere verla para despedirse de ella ya que te va a dar la custodia total de la pequeña Cintia — me dijo Arturo alegrandome muchísimo
— Si eso es verdad, habrá que celebrarlo — respondí
— Y por todo lo alto Alice, hay que celebrarlo por todo lo alto, por eso he hecho una reserva en el mejor restaurante de aquí — me contestó
Al día siguiente me desperté muy contenta pensando que iba a terminar con la historia de Kevin, me levanté de la cama, entre en el cuarto de baño, abri los grifos dejando caer un poco más fuerte el agua