¿Hasta dónde llegarías por obtener el amor? Ayla Alima es una joven científica, que vivió un tiempo en México. Pero tuvo la oportunidad de irse de intercambio a un laboratorio importante ubicado en Marruecos. Ahí conoce a su jefe, de quien queda enamorada instantáneamente. Sin embargo no todo es felicidad, tiene un compañero de área, Rashid Rafiq un hombre totalmente arrogante, irónico y sarcástico aunque muy inteligente y capaz, que siempre que puede le hace bromas pesadas. Se odian a muerte, ella también le devuelve todas las que le hace. ¿Qué sucede cuando encuentras un libro antiguo con hechizos, uno de los cuales se titula Elixir de pasión, decides realizarlo sin creer que funcione pero se lo toma tu Némesis, en lugar de tu jefe? ¿una poción no puede cambiar a las personas? ¿o sí?
Leer másAyla Alima se encuentra en la comodidad de su departamento, había salido al cine con sus amigas de la universidad cuando recibe una llamada. Su ceño se frunce porque no esperaba una llamada tan tarde. Se encontraba bastante cansada, por lo que con cierta molestia riega porque no sea algo urgente del laboratorio donde recién comenzó a trabajar. Aunque le fascina la investigación, si es algo agotador no tener horarios fijos.
Sin más se dirige a su bolsa, donde saca un teléfono de última generación y responde
— Hola— dice secamente. Algo impropio de ella pero el cansancio la hace responder así.
— Buenas noches, estoy hablando con la Doctora Alima— pregunta una suave voz de mujer, desconocida para ella, aunque tiene un lenguaje formal.
— Si, ella habla— y espera que su interlocutora continue.
—Le hablamos de RayAli laboratories— en ese momento Ayla se lleva la sorpresa de su vida, y de la impresión por poco suelta el teléfono. Hace unos días le hablaron de la universidad donde estudio, para hacer de su conocimiento una vacante que había en el extranjero de un importante laboratorio y que expresaron que ella seria apta para ese puesto. Si le interesaba, enviara su documentación y posteriormente le harían una entrevista virtual. La cual ya había sido y quedaron de llamarla en caso de ser aceptada.
<<Esa llamada solo podia significar una cosa>> pensó para si misma. y siguió escuchando aun sin saber reaccionar.
— Hace unos días uno de los encargados se entrevistó con usted, y los ejecutivos deliberaron ofrecerle un contrato indefinido con nuestra empresa, y su presencia será requerida en dos días, por lo que era urgente comunicarnos con usted. En este momento le estamos enviando toda la información a través del correo electrónico que nos proporcionó con sus datos, así mismo tiene una cuenta de correo del laboratorio, en ese mismo correo están todos sus datos. Por ese medio nos comunicamos con nuestros empleados. ¿quedo claro Doctora Alima? — pregunto la mujer, y sin darle tiempo a responder se despidió.
— Bien, si no hay dudas me despido de usted momentáneamente y nos veremos muy pronto acá en marruecos. Descanse — y sin más, así como había entrado la llamada, se había esfumado.
Sin embargo ella aún estaba anonadada, que no le dio tiempo a responder correctamente. <<pensaran que hablaron con una muda>> se dijo así misma, recriminándose no haber reaccionado a tiempo para hacer las preguntas pertinentes.
— ¡siiiii! — alzo la voz y los brazos hacia el techo, dando unos saltitos y sonriendo ampliamente. Sus ojos se llenaron de lágrimas, por haber podido cumplir ese sueño de viajar y colaborar con colegas de otros país, de otra realidad y sobre todo que ella por fin podría hacer aportaciones al mundo de la medicina, un mundo liderado principalmente por hombres. — Machismo le llaman— expreso con una mirada decidida a abrirse su propio camino.
Pensó en llamar a su familia, alzo la muñeca izquierda, donde tenía su reloj analógico y al percatarse de la hora, y conociendo la rutina en casa dedujo que no estarían, así que decidió hacerlo más tarde o mañana. Aunque estaba segura de que no podía dormir de la impresión y emoción, aunque también se sentía nerviosa.
Rashid siempre ha sido un hombre que se ha interesado por la ciencia, estudio en las universidades más prestigiosas del mundo, siempre queriendo aprender de personas más sabias, cultas y experimentadas. Personas que puedan aportar para poder aplicar las investigación que hasta ahora ha realizado para beneficio de su pueblo, donde la principal enfermedad es una nueva variante de la hepatitis, la han clasificado como tipo C.
A pesar de que su familia es rica e influyente, es dueña de uno de los laboratorio más importantes de su país, él ha sido agradecido con lo que la vida le dio y busca ayudar a los demás.
Él se decidió por enfocarse al tema de las investigación, por lo que estudio medicina y de ahí se ha ido especializando hasta convertirse en un investigador, aunque procura siempre tener un perfil bajo.
— Rashid, vaya hasta que te dejas ver a una hora adecuada — lo saludo uno de sus colegas, palmeándole un poco la espalda. — pensábamos que te convertías en un vampiros por la noche y en el día descansabas — bromeó.
— ya ves que no es así, Deo.— repuso, haciendo una mueca de desagrado al saber los chismes que rondan en el laboratorio por sus horarios tan diferentes de sus compañeros del laboratorio.
— Si ya se amigó que no te gustan los chismes, pero es que tu no cooperas. Eres demasiado reservado que a los simples mortales solo les queda especular que haces en tu tiempo libre — su amigo Deo le respondió, pero sacudió la cabeza, dando a entender que cambiaran de tema — por cierto como no habías venido no te has enterado de que está por llegar una nueva adquisición, al parecer es extranjera. Por fin tenemos suplida la vacante de la doctora Mayran que no regreso después de su permiso.
— Si es cierto, Mayran ya no regreso, lo que me extraño porque parecía estar entusiasmada. Por lo visto aquí los rumores vuelan — comento un poco extrañado — aunque si nos hacía falta alguien, porque la carga de trabajo es mucha y lo que de verdad no apasiona que es la investigación, se ha quedado un poco de lado.
— Así es, al parecer fue muy repentino. Pero si esto es cierto llega en dos días — le confió.
Él se extrañó ante ese dato, por lo regular las contrataciones tardan un poco más en llevarse a cabo. Encogió levemente los hombros y no añadió más. En ese momento alguien le hablo a Deo y se fue, dejándolo con sus pensamientos.
Ayla dio un vistazo rápido a todos lados para verificar que su nueva amiga no estuviera de regreso y sin mas demora se levanto de donde se encontraba. Avanzo poco a poco curioseando en los puestos que iba pasando, aunque no se detuvo en ninguno en particular, si iba lento. Eso no era sospechoso para nadie. Era lo común en la gente que acudía a esos lugares.— ¡oh!— dijo cuando sintió que alguien la paso a empujar a punto estuvo de tirar unas esculturas, pero pudo reaccionar a tiempo. Se dio la vuelta para reclamarle a la persona que tuviera cuidado, cuando se percato que dicha persona se iba perdiendo en la esquina y era el mismo hombre que vio minutos antes entregando la bolsa.Sacudió la cabeza y se decía así misma que era una tontería, pero su sistema nervioso no entendía de palabras y sin darse cuenta se encontraba ante el puestecito de la chica.En ese pequeño puesto, pues era diminuto se encontraban objetos peculiares. Y si, peculiar fue la palabra menos despectiva o mas bien ho
“Tic, tic”Un familiar sonido se filtraba por los oídos suaves y frágiles de una hermosa joven, que se encontraba soñando con unos increíbles ojos marrones que la miraban con ternura.“tic,tic,tic,tic”—Que molesto ruido— dijo para si misma Ayla, aunque se despabilo parcialmente — estúpida alarma — le hablo al teléfono, como si le pudiera responder.Se levanto para apagarlo, y ahí se percato que tenia un mensaje de Rashid, el Doctor Rafiq, se corrigió automáticamente.—¿Qué demonios quiere este impresentable? — se preguntó mientras abría el mensaje.Lo que leyó le causo cierta sorpresa, no esperaba algo así y menos de él, pero decidió aprovecharlo.“Tomate el día libre, conoce tu entorno y ya mañana te incorporas”.Si bien no fue un mensaje muy emotivo, si le alegro porque aun no se recuperaba del todo del larguísimo viaje con sus consecuencias del día anterior.Dejo el teléfono en la mesa de noche, se desnudó rápidamente, eligió la ropa que usaría en el día y se adentro en el cuarto d
En lo alto de un edificio se encontraba una de las personas mas importantes de tan famosos laboratorios, alguien que estaba sonriendo, pero de una manera tan escalofriante.Hassan observaba la ciudad que se había convertido desde niño en su hogar, provenía de una familia disfuncional, pero gracias al Doctor Amrai, que desde que lo vio en aquel pequeño y olvidado orfanato de una localidad tan pobre que ni siquiera aparecía en el navegador digital. Aunque ese día cambio su vida para bien, sin embargo, no se podía decir que fuera feliz. Si bien gozaba de la confianza plena de Amin, su padre de adopción. El desde pequeño fue muy ambicioso y no le gustaba ese segundo lugar que siempre le había dado Amin, por obvias razones no lo favorecería por encima de su primogénito.Aunque lo entendía, sabía perfectamente que no compartían un lazo sanguíneo en su adolescencia lo idolatraba hasta que un día escucho una conversación si querer. Lo cual le abrió los ojos y le genero rencor hacia Amin, pero
El viaje hacia el edificio de la empresa fue tenso y muy silencioso. Después del odioso comentario del Doctor Rafiq, hicieron el trayecto comunicándose lo menos posible. No entendía porque el doctor era así con ella, desde que se conocieron en el aeropuerto no habían hecho otra cosa más que pelear.Algo raro en Ayla, siempre se ha caracterizado por ser muy pacifica, pero ese hombre tenía algo que despertaba su lado salvaje. Reconoció que se sentía frustrada por no haber podido replicar su comentario tan fuera de lugar y sobre todo en presencia del doctor Hassan.Afortunadamente solo la dejaría y se iría a donde quiera que el viviera, por fin podría descansar y olvidar los últimos acontecimientos del día. Disfrutar de la emoción que sentía por estar viviendo lo que siempre había soñado, trabajar y vivir en otro lugar diferente a su país de origen. Una gran sonrisa tenía su rostro, lo que le daba una cierta ternura a quien podía verla. Estaba tan inmersa en sus pensamientos que apenas s
Rashid echaba chispas, se sentía acorralado, y si apenas soporta al impresentable de Hassan, ahora tendría que soportar a la nueva doctora. Si bien en un principio estaba contento de poder delegar algunas responsabilidades, pero todo se complicó. Él y su bocaza que no tiene filtro, pero internamente reconoció que el culpable de que la situación con su nueva compañera no mejorara era suya completamente. Pero fue verla, sentir esa incomodidad en una parte de su cuerpo y explotar ante la evidente adoración que esa chica sentía por el protegido de su padre.Así que ni se inmuto cuando ella salió del brazo de Hassan y suponía que lo esperaría en la recepción, porque no conocía a donde la iba a llevar. Eso era algo que detestaba, se sentía como un niño pequeño recibiendo ordenes como si él no se pudiera comportar como el adulto que era.> le respondió una voz interior que de inmediato acallo.Regresando al presente, se sentó frente a su padre para poder sacar ese enfado q
Ayla no podía creer que el destino la odiará tanto, de todas las personas que tenían que coincidir en esta maravillosa aventura, tenía que ser ese impresentable del aeropuerto, cuyo incidente prefería no recordar.Siempre que había leído alguna historia situada en las arenas del desierto y encontraba un nombre en particular le emocionaba conocer algún día a alguien que llevara ese nombre, pero nunca pensó que la emoción que la embargaría sería el enojo.Aceptaba que quizá se excedió en la respuesta, pero por lo visto eran antipáticos el uno con el otro, y no pudo reprimir sus pensamientos, quizá no debió haberlo hecho enfrente de sus jefes. Y por la expresión anonadada del Dr. Hassan y el Señor Amrai, quienes eran sus jefes, estaban confusos por la interacción de esos dos. Pero es que Rashid, si ese es su nombre favorito en árabe y que irónicamente significa inteligente, maduro, la sacaba de sus casillas.Y si dijo Rashid, porque después de su comentario y el trato anterior que le dio
Último capítulo