Mía siempre camina decidida, suele ser un poco extrovertida. Va con la cabeza en alto directo al instituto y con un cuaderno lleno de textos que nadie bajo ninguna circunstancia debe leer a menos que... Quieran saber lo que desea hacer a su profesor de matemática. El cual para la mala suerte de ella, se entera luego de confiscar ese cuaderno lleno de deseos hacía su persona. Todos los Derechos Reservados. Código de Registro: 2103207238196
Leer másMia.
—Erior... —Susurro.
Sube por sobre mi pecho dejando besos húmedos regados, causando que cada vello se erice. No puedo más, estoy por caer rendida luego de esa última sesión.
Penetró tan fuerte, tan hondo que casi no tengo energía ni para mantener los ojos abiertos. Fue un sube y baja, un juego al azar de nuestros cuerpos mezclándose bajo las sabanas de seda que cubren su cama y...
— ¡Señorita Mía! —grita.
El libro choca contra el pedazo de madera, abro los ojos y los suyos me observan con ira.
—Erior...—Susurro con debilidad casi en un gemido.
Las risas estallan y despabilo, ¡Mierda, estoy en clases!
Miro alrededor con la vergüenza latente, los demás nos observan al profesor y a mí con diversión así que supongo hice algo estúpido de nuevo y voy a ser castigada por ello.
— ¿Debo recordarle cada vez que aquí se viene a aprender y no a dormir?, sino me equivoco para eso tiene casa... —Dice, dándome la espalda y dejando que por primera vez respire.
Cassandra y su gemela Cassidy ríen, comentan e incluso graban lo que está sucediendo. Ese par de rubias me tienen harta, gruño y ambas bajan sus teléfonos para guardarlos antes de que se los quite y los arroje por la ventana. Contando con que estamos en el tercer piso no creo que vaya a quedar algo de ellos, bueno no más que basura.
—Ah... —Vuelve a girar y me quedaré con esto —Toma el cuaderno cubierto con papel negro y calaveras que suelo usar para... ¡No! ¡No puede quedarse con el! Abro mis ojos en pánico, Vicky mi mejor amiga se ha dado cuenta de porque he quedado rígida y fría.
—Profesor ese es su cuaderno de poesías, la... La profesora de literatura dijo que debíamos expresarnos por medio de algo, si usted se lo quita prácticamente le está cortando las alas a su imaginación.
Argumenta la castaña haciendo uso de las palabras que la "novia" del profesor usó en una reunión con todos nosotros, los del último año.
—Pues, solo será entonces por un día. —Mira en la dirección en la que estoy presa del miedo— si todo lo que resta del día se comporta, se lo devolveré.
Dicho eso la campana del almuerzo comienza a sonar y Vicky toma de mí brazo para sacarme de allí antes de que sufra de un colapso mental.
Erior.
Cinco minutos, solo esos faltan para que acabe de una vez por todas este tedioso día para mí.
Los chicos han salido al comedor, y luego de vuelta a sus aulas así que saco mi teléfono y lo enciendo.
¡Dios mío! Tengo diez mensajes de Aurora, mi novia. Olvide por completo que anoche discutimos porque a ella le apetecía salir a ver una película y a mi quedarme en casa para descansar un poco todos los malos ratos que he debido pasar durante la semana.
Paso de todos los mensajes y voy con la nota de voz, por lo general lo resume todo entre gritos al final.
"Estoy cansada Erior, harta de tener que aguantar tu actitud de sedentario metido en la casa día y noche. Y es que hasta en los tiempos libres te da por encerrarte a ver películas o leer libros ¿Acaso no piensas en lo nuestro? ¿No crees que merezco más que una simple noche de placer y unos buenos días amor?, Necesito más, necesito acción y siendo sincera tu no me la estás dando"
La grabación se acaba y siento un nudo en la garganta, Aurora está molesta de verdad y por lo que mandó no pinta bien nada para cuando llegue a casa.
Carraspeo un poco para aclarar a garganta y no sonar como un completo imbécil con la voz quebrada al hablarle, no voy a caer tan fácil ante sus acusaciones.
"Cariño, a diferencia de ti... Yo tengo que trabajar ocho horas demás en un curso extra ¿Se te olvido quien paga la cuenta de los muebles de gamuza que compraste hace seis meses? Ese soy yo, aparte tengo que ahorrar para darte los lujos que te mereces por favor calma tu drama, prometo que este fin de semana saldremos"
Le doy enviar pero queda cargando, frunzo al ceño al intentar llamar pero el contacto sale en blanco. Tardo nos segundos en entender que me ha bloqueado.
—Y a esta que bicho le pico.
Esta vez marco al número de teléfono y al quinto tono contesta, — ¿Quién habla? —Indaga con voz risueña.
—Pues... tu novio ¿no?
Tarda unos segundos y escucho la risa de fondo de otro hombre.
— "Sh, calla creo que es Erior" —la escucho decir.
Siento que se me baja la presión de tan solo escuchar como su acompañante le dice que cuelgue y vuelva a la cama, antes de obtener respuesta cuelgo y dejo caer el teléfono a mis pies.
—Ramera, zorra arrastrada... —Digo, las lágrimas bajan por mis mejillas y golpeo varias veces el escritorio.
Fueron muchas las veces que debí dejar de lado a mis amigos para estar con ella, muchas las veces que deje de hacer lo que quería por complacerla. Incluso, llegue a punto de no salir de casa para que no hubieran problemas entre nosotros por sus celos irracionales pero ¿Para qué? si al final me ha pagado de esta manera.
Arrojo todo al suelo y dejo caer la cabeza sobre el pedazo de madera, me he quebrado y no hay manera de recomponerme.
Escucho tres golpes en la puerta a lo lejos pero supongo debe de ser los de la limpieza, pueden esperar.
— ¿Profesor? ¿Está bien? —levanto la cabeza rápido y limpio mi rostro con las mangas de la camisa, Carraspeo un poco y miro a quien se atrevió a sacarme de ese hoyo negro en el que estaba por caer.
Mía y su usual vestimenta negra esta parada a unos pasos de la puerta, de tal forma que pareciera podría escapar en cualquier momento. Se ve confundida y con los ojos rojos, creo que aguanta las ganas de llorar justo en este momento, como lo hago yo.
— ¿Que se te ofrece? —indago.
Sin responder se agacha y comienza a recoger las cosas que he tirado al suelo, las empieza a ordenar sobre el escritorio justo como lo coloco siempre. Algo muy extraño puesto que a pesar de ser manía no pensé que alguien más lo pudiera notar.
—Así está mejor. —Dice, al terminar de arreglar todas las cosas en su lugar. — ¿Le apetece un dulce? —Abre su mochila de lado y saca de ella dos chocolates enormes y una bolsa de gomitas. —A mí siempre se me sube el ánimo comiendo algo, pero supongo que usted debe tener otras maneras de hacerlo.
Río, río porque me parece gracioso que una adolescente de diecisiete años trate de subir mi ánimo cuando debería ser yo quien la ayude.
—Tomaré un chocolate ¿está bien? —asiente con un bonita sonrisa sincera— gracias, Mía.
—No hay problema, puede quedarse con el otro y las gomitas en casa tengo muchas más. —Su alegría en cierta forma es contagiosa, tanto que me siento un poco mejor. —No sé con exactitud que ha sucedido pero sé que toda estará bien, no hay mal que dure para siempre ni cuerpo que lo resista.
Sorprende escuchar eso venir de alguien que viste de negro y tiene calaveras hasta en sus uñas, pero debo admitir que es muy oportuno escuchar la frase.
—Será mejor que te retires antes de que algún compañero malinterprete la situación. —Asiente y se da media vuelta, con tan solo dos pasos queda de espalda y me llega a sorprender lo que hace.
Me da un cálido abrazo... Uno que dice mucho sin emitir palabras.
—Ahora si me voy. —Comenta con las mejillas rojas y corriendo en dirección a la salida.
Erior.— ¡No puedo creerlo! —caigo de bruces al suelo en lo que escucho el grito de Sully.Abro los ojos mirando en todas las direcciones, no reconozco las cosas al principio pero sí luego de unos minutos. Recuerdo que hace poco llegamos al nuevo apartamento que debemos compartir la parejita feliz y yo, arrugo la nariz y escucho el estruendo de algo caer, entonces suspiro y me dirijo a ver lo que sea que estén haciendo.Saco la cabeza y el aroma a quemado llega hasta mis fosas nasales. Las alarmas en mi cerebro se activan y apresurado voy a la cocina hasta encontrar la escena de un par de melosos sobre el mesón, teniendo sexo sin control. Mientras nuestro almuerzo se quema.&mdas
Mia.Un día lluvioso para una despedida dolorosa, más cliché no pudo ser este viernes por la mañana.Tome todas mis cosas y las metí a la maleta, Vicky sonreía con la mirada llena de lágrimas retenidas. Ella no quería que me fuera y yo tampoco, pero era algo que debía hacer por mi bien. Ya solo faltaban dos hombres por encarcelar para poder caminar con libertad absoluta por las calles.Y con sinceridad no quería que esos dos me encontraran y me hicieran quien sabe que cosas como venganza. Cambie de número de teléfono, mi nombre seguía siendo el mismo solo que con otro apellido y mi ropa... Mi adorada forma de vestir iba a cambiar un poco, debía solo mientras las cosas se s
Erior.Ni una hora, ni una bendita hora pasó cuando ya Mia se había marchado con ese tipo a no sé dónde. Collow dijo que tenía que dejarla ser y un montón de mierda más que no me calmó para nada, al final terminé en casa bebiendo ron y cantando a todo pulmón para sacar la ira de mí.Y ahora tengo una maldita jaqueca que me está matando y Mark me mira como si tuviera una tercera cabeza, estamos en la cafetería del instituto, comiendo.—Deberías dejar de pensar en Mia de vez en cuando, sabes... —dice tragando una papa de su ensalada— se ve de aquí al otro lado del mundo que no puedes sacártela de la cabeza casi es como si tuvieras una obsesi&o
Mia.— ¡Muy bien! ¡Dejemos que conversen a solas!Collow da media vuelta llevándose a los demás con empujones a la puerta, el ser extraño quien supuestamente es mi hermano y yo, nos miramos tratando de comprender que pasa.— ¿Quieres un café?, en frente podemos tomar uno. —Dice, asiento y lo sigo con cautela.Si algo e aprendido en todo este tiempo es a no confiar en cualquier persona, ni siquiera en alguien que lleve mi sangre si es que de verdad la lleva.Tomo asiento frente a él, estamos en la parte de enfrente del local. Eso en caso de que deba salir corriendo por mi vida, puesto que la detec
Erior.—Siguiente caso.La voz del juez da por terminada la sesión de Mia. Esto se volvió un verdadero circo en lo que Demian el acusado, le gritó a Mia que era una zorra mentirosa asquerosa y demás cosas que la hicieron agachar la cabeza en el estrado.Aurora lo apoyo siempre desde las sillas de madera que colocan para los testigos, justo donde también estábamos sentados.Sully quiso abofetearla cuando con suma arrogancia dijo "Ella era la que pedía a gritos ser violada" "es una cualquiera" por suerte para nosotros la detective estando a su lado fingió ver una mosca y le dio justo en la nariz.Luego de es
Mia.Estiro con delicadeza la parte baja del vestido negro que llevo puesto, cual me llega por sobre las rodillas. Observo una última vez mi reflejo en el espejo, suspiro y detallo todo.Mi cabello negro y lacio cayendo por sobre mis hombros, el vestido negro de mangas largas hasta mis rodillas con encajes y las medias negras con forma de gato arriba que no dejan a nadie imaginar cosas pervertida, al final las converse negras y a Graciela.Mi compañera de habitación que llego para recoger sus cosas porque se irá a vivir con su novia Martha, aunque la idea no le agradaba mucho, ella y yo aceptamos que sería mejor que se fuera... Ella no quería dejarme sola pero ya hacía mucho que lo había hecho, porque a veces ni l
Último capítulo