TODOS LOS BESOS DE TU BOCA. CAPÍTULO 28. Tumbas de hielo
TODOS LOS BESOS DE TU BOCA. CAPÍTULO 28. Tumbas de hielo
Y quizás sí, quizás rezar servía, porque mientras todos avanzaban en línea recta a solo unos pocos metros de distancia unos de otros, sus pensamientos estaban solo consigo mismos. Carter les había dicho que desecharan la opción de llamarlo a gritos, así que un silencio extraño se alzaba alrededor.
Avanzaron durante horas, abriéndose paso entre la nieve, rebuscando cada pista, pero a medida que pasaba el tiempo, Rebecca sentía que cada paso era un golpe de esperanza y miedo.
—¿Y si no encontramos nada? —susurró Chelsea, agotada.
—Entonces seguiremos buscando —respondió Rebecca sin dudar.
El viento rugía y el sol comenzaba a caer cuando Carter se detuvo en seco.
—Esperen —dijo, alzando una mano y todos se detuvieron.
El hombre caminó unos metros cuesta abajo, hundió una mano en la nieve, y de pronto soltó un grito.
—¡Aquí! ¡Vengan, rápido!
Rebecca corrió como si le fuera la vida en ello. Cuando llegó hasta él, lo vio de rodillas,