MI MEJOR ENEMIGO. CAPÍTULO 5. Incómodas verdades
MI MEJOR ENEMIGO. CAPÍTULO 5. Incómodas verdades
Seija no pasó saliva, no se paralizó, no perdió el aliento por tenerlo enfrente, simplemente porque ella era la única que estaba segura desde el principio que esos encuentros iban a ocurrir. Después de todo ella seguía siendo la mejor amiga de Rebecca, y él seguía siendo el mejor amigo de Henry: dos personas que estaban divorciándose y que tenían un abanico de odio alrededor capaz de incluir y confrontar a todos los que estuvieran cerca.
Pero definitivamente no había esperado que Camilo tuviera el poco tino de abrir su reencuentro con aquella pregunta:
—¿Por qué siempre tienes que ser tan venenosa?
Era una sentencia interesante, y a la vez demasiado peligrosa.
—Porque desde tiempos inmemoriales, querido, la gente prefirió creerle a la serpiente —respondió Seija sin pelos en la lengua—. Y tu mejor amigo es una prueba fiel de eso.
Henry bajó la mirada tragándose la impotencia y la imposibilidad de contestarle, y Camilo pasó a su lado, pal