MI MEJOR ENEMIGO. CAPÍTULO 2. Escapando.
MI MEJOR ENEMIGO. CAPÍTULO 2. Escapando.
Seija sintió que el mundo se le venía encima de golpe. Era como si alguien le hubiera arrancado el piso bajo los pies sin aviso. Allí estaba ella, para preguntarle a Camilo cómo podían organizar sus vidas, cómo podían hacer que lo suyo —ese “algo” que para ella ya era más grande de lo que admitía— funcionara con todo lo que se les venía encima. Quería saber si él estaría dispuesto a acompañarla en el viaje, si podían planear un futuro juntos.
Pero en cuestión de segundos descubría que para él no había futuro, ni planes, ni nada parecido. Para Camilo ella era solo un entretenimiento, o peor aún, parte de eso que él llamaba “disfrutar de las equivocadas”.
El pensamiento la perforó como una daga. Sentía cómo se le formaba un hueco en el pecho, uno que se expandía sin control. Por eso, en lugar de entrar a la oficina y enfrentarlo, simplemente giró sobre sus propios pies y se marchó.
Caminó sin ver a nadie, sin reparar en nada a su alrededor, como