EL PRIMER BESO… DESPUÉS DEL DIVORCIO. CAPÍTULO 7. Un problema con solución

Era una simple cuestión de darle tiempo al cuerpo para que se recuperara y, en efecto, al día siguiente parecía que Henry iba recuperando el color poco a poco. El hospital olía a desinfectante y café barato, pero para Rebecca eso se había convertido en un paisaje conocido: lo único que le importaba era que él estuviera consciente, que respirara tranquilo y que pudiera bromear, aunque fuera con media voz y a costa de sí mismo.

Su padre estaba seguro y en “paradero desconocido” porque Seija había elegido una isla al azar del Caribe para mandarlo en lo que todo se solucionaba.

Los padres de Henry, en cambio, no estaban tan tranquilos. Se habían presentado temprano elegantes como siempre, con cara de pocos amigos y la firme intención de tomar control de la situación. Pero se habían encontrado con el gesto impávido de Rebecca.

—Nosotros podemos hacernos cargo desde aquí —escupía Carlotta con tono seco—. Ya no se est