EL PRIMER BESO... DEPSUÉS DEL DIVORCIO. CAPÍTULO 31. Macho alfa lomo plateado
EL PRIMER BESO... DEPSUÉS DEL DIVORCIO. CAPÍTULO 31. Macho alfa lomo plateado
Henry bufó mientras se frotaba el costado, todavía adolorido de la estrepitosa caída de la cama. Y desde arriba Rebecca lo observaba con gesto de pocos amigos, el ceño fruncido y los brazos cruzados. La escena era ridícula, pero ninguno de los dos parecía tener intención de reírse.
—Te quedaste dormida en el hospital —dijo Henry al fin, rompiendo el silencio pesado—. Solo te traje a descansar. Nada más.
Rebecca lo miró incrédula, apretando los labios como si quisiera guardarse un comentario más ácido.
—Descansar no era manosearme —contestó con sequedad, mientras se alisaba el vestido y se acomodaba el cabello como si necesitara recuperar la compostura.
Henry arqueó las cejas, fingiendo sorpresa, y levantó las manos en un gesto inocente.
—Oye, yo no te toqué. Quien me manoseó enterito fuiste tú. ¿Qué estabas dormida? Sí, lo estabas, a ver qué cosa andarías soñando. Yo solo me quedé quietecito así como Tutanka