CAPÍTULO 65. Recuerdos intensos
CAPÍTULO 65. Recuerdos intensos
El corazón le latía tan fuerte que Rebecca sentía que se le saldría del pecho. Ella y Seija salieron de la empresa de Henry en silencio, caminando rápido como si quisieran dejar atrás no solo el edificio sino también todo el peso de lo que acababan de descubrir. Afuera, el aire frío de la noche las recibió con un golpe seco en el rostro. Rebecca se subió el cuello de la gabardina, mientras Seija apretaba el volante entre sus dedos.
—Vámonos a mi departamento —dijo con ese tono práctico que usaba cuando no quería discutir más.
Una media hora después, estaban sentadas en el sillón gris del apartamento, rodeadas de hipótesis, tazas de café tibio y ganas de destruir el mundo. Rebecca tenía los ojos brillantes, aunque no por el cansancio. Había algo distinto en ella: un fuego contenido, un plan que empezaba a tomar forma.
—Henry me ofreció el sesenta por ciento de su empresa —soltó de golpe, como quien arroja una bomba sobre la mesa.
Seija parpadeó, y el sil