CAPÍTULO 16. Un mensaje programado
CAPÍTULO 16. Un mensaje programado
Ya era de noche cuando Henry salió del hospital. El aire frío le pegó en la cara y le despeinó un poco el cabello, como si la ciudad quisiera recordarle que nada estaba bajo control. Se detuvo un momento en la acera, con las manos en los bolsillos del abrigo, mirando el resplandor rojo de la entrada de urgencias.
Esa noche Julie Ann se quedaría internada, así que tenía al menos doce horas para solucionar con Rebecca el asunto de su demanda. Sabía que no tenía vergüenza para hablar con ella después de que su familia intentara inculparla, pero tenía que intentarlo por el bien de su hijo.
Se subió a su auto y condujo de regreso a su casa como un autómata. La mansión lo recibió más grande y silenciosa que nunca, un silencio que él rompió cuando marcó el número de su exesposa. Uno, dos, tres tonos. Nada. Pero caminaba por el pasillo hacia su cuarto cuando, de pronto, escuchó el timbre de la llamada dentro de la habitación donde solía dormir ella.
Empujó l