CAPÍTULO 15. Aliados en las sombras
CAPÍTULO 15. Aliados en las sombras
Rebecca llegó a casa justo cuando el sol empezaba a bajar, tiñendo las paredes de un tono dorado que le recordaba las tardes tranquilas de su infancia… aunque su vida, en ese momento, estaba lejos de ser tranquila. Cerró la puerta, dejó el bolso sobre la mesa de entrada y soltó un suspiro que parecía arrastrar semanas de tensión.
—Todo terminó —anunció apenas vio a su padre, que estaba en el salón leyendo el periódico—. Ya estoy oficialmente divorciada.
Curtis levantó la vista y le dedicó una sonrisa orgullosa; y sin dudar se levantó para abrazarla.
—Eso es, hija. ¡Felicidades!
Rebecca apoyó la frente en el hombro de su padre unos segundos, sintiendo ese calor familiar que había echado tanto de menos. No podía contarle todo el dolor que sentía, porque su dolor no era lógico. Había elegido dejar atrás lo que le hacía daño, lo que la lastimaba, porque entendía que Henry era como una adicción para ella. Cuanto más lo necesitaba, más la lastimaba.
Así q