AMOR EN TIERRAS SALVAJES. Un momento para recomenzar
AMOR EN TIERRAS SALVAJES. Un momento para recomenzar
La siguiente contracción llegó sin piedad. Chelsea gritó, y Carter reaccionó por pura adrenalina. La ayudó a acostarse en la alfombra, le acomodó la espalda, le tomó la mano.
—Estoy aquí —le aseguró—. No te voy a dejar. Respira conmigo.
—Carter… esto… esto es una locura. ¿Verdad?
—Sí —admitió él—. Pero la vamos a sacar adelante. Los tres.
El trabajo fue intenso, caótico, lleno de gritos, órdenes torpes, respiraciones irregulares y un montañés completamente fuera de sí por dentro… pero firme por fuera. Chelsea lo apretaba tan fuerte que pensó que le rompería la mano, pero para cuando llegaron los paramédicos ya aquel bebé estaba listo para salir y después de un esfuerzo que pareció eterno, escucharon un llanto agudo, fuerte, sano.
—¡Es una niña! —exclamó Carter, con la voz rasposa y Chelsea lloró sin poder controlarlo.
—¿Está bien? ¿Carter, está bien?
—Perfectamente —dijo él, con lágrimas en los ojos—. Es perfecta. Es… Dios, Chels… e