ISELDA:
Sentir la conexión con mi pareja destinada en el plano celestial era algo natural, pero lo que estaba sintiendo ahora, aquí, atrapados entre nuestras verdades y nuestra misión, era diferente. Me quedé inmóvil por un instante, preguntándome si este vínculo físico que sentía por Rafe haría que Atenea, mi loba, reclamara algo más que el destino. ¿Sería posible quererlo más allá del propósito que compartíamos?
No pude evitar estremecerme al escuchar sus palabras, cargadas de un anhelo que resonaba en lo más profundo de mi espíritu. Sentí cómo Atenea comenzaba a agitarse dentro de mí, percibiendo las mismas notas de su voz que la llamaban. Lo miré fijamente, sin saber si responder con franqueza o mantener el misterio que, hasta ahora, nos rodeaba. —Rafe… —susurré, s