114 . NO ACEPTES SU RECHAZO
KIERAN:
Lúmina no se detuvo, siguió avanzando hasta estar justo frente a mí. Nuestras respiraciones chocaban, pero no retrocedí. Atka le sostuvo la mirada; seguíamos siendo lobos, ambos con el control sin anularnos uno al otro.
—A ti. A Kieran. —Dijo con firmeza.
Su declaración directa me dejó en silencio, atando cabos imposibles. Ella no hablaba por Claris. Era la Loba Lunar, Lúmina, quien se dirigía a nosotros, y el peso de esas palabras no hacía más que confirmar que lo que estaba a punto de revelarme iba a cambiar todo.
—Yo jamás volveré a dejar que mi humana los rechace ni tome el control —continuó sin titubear, con una convicción que parecía escrita en las estrellas mismas—. Ese será su castigo por atreverse siquiera a intentarlo. Acabo de cumplir mi mayoría de edad; ya no tengo que subordinarme a mi humana.
Me miraba fijamente, de una forma que me dejaba sin aliento. No era algo que pudiera compararse con simples palabras o gestos humanos. Ella no era simplemente un r