110. EL ALFA DE ALFAS
KIERAN:
Había escapado una vez más de mis enemigos, y esa realidad quemaba cada rincón de mi ser. Yo, Kieran Theron, el Alfa de Alfas, el más poderoso de los tiempos, había huido tres veces de quienes se atrevían a desafiarme. Lo sabía bien, lo reconocía: lo hacía por ellos. Por mi Luna, por mis cachorros, por la manada. Eran mi prioridad, la única razón que justificaba aquello que consideraba intolerable. Pero aun así, la sensación de fragilidad, de perder las riendas de mi propio destino, me corroía día tras día como una herida que no cesaba de sangrar.
Regresé a la reserva, a mi territorio decidido a imponerme. Cada vez que llegaba, corría para ver a mis cachorros. Sus risas llenaban todo el espacio, recordándome que valía la pena seguir luchando. Mis gemelos eran la luz en medio de esta oscuridad interminable. Habían crecido tanto desde la última vez que fui acorralado. No volvería a exponerlos. No volvería a permitir que ninguna amenaza nos alcanzara otra vez. Había creado un j