Capítulo 27. Celos
El salón de actos de la escuela estaba repleto. Padres, abuelos, hermanos y cámaras listas para capturar momentos inolvidables. Pero nada ni nadie podía compararse al brillo en los ojos de Sofia cuando vio a Camila aparecer en el escenario. Vestida de mariposa, con sus alas de papel brillante, la niña irradiaba alegría e inocencia.
Sofia sintió un nudo en la garganta.
Aplaudió con emoción mientras lanzaba besos al aire que eran correspondidos por los mismos ojos brillosos de Camila, feliz. Su papi siempre había ido a sus presentaciones, pero su mamá Ágata no, y ahora que Sofi lo hacía, se sentía la más feliz. La quería para siempre. Quería que ella y su papi fuesen una familia.
Marcus, a su lado, observaba en silencio. No a su hija, sino a Sofia. Esa mujer que había llegado de forma inesperada y que, sin saber cómo, se había convertido en un ancla para su vida. Ver cómo adoraba a Camila lo conmovía de formas que no quería admitir. Ella la miraba como solo una madre podía hacerlo. Como