El amor que siento por Henry se intensifica con cada momento, con cada palabra que compartimos acerca del futuro, de nosotros, de nuestro bebé. Es una conexión que va más allá del simple entendimiento. Parece, más bien, un nuevo idioma que hemos creado juntos, aquel que solo nosotros sabemos interpretar.

—Sí, se lo diremos —digo, mirando cómo se ilumina su mirada—. Aunque mamá siempre dice que hay que esperar hasta los tres meses para estar seguros.

—¿Qué quiere decir eso? ¿Estar seguros? —pregunta sin comprender—. Lo estamos, las tres pruebas dieron positivo.

—No lo sé, amor, escuché que los primeros meses son los más delicados, que podemos perder al bebé —digo, recordando todo lo que menciona mamá.

Se detiene y me mira aterrorizado. Luego viene hacia mí y me toma por las manos, obligándome a sentarme con una delicadeza como si fuera de cristal.

—¡¿Qué?! ¡Ah, no, cariño! Vamos a ver a tu doctora ahora mismo, nuestro bebé es muy importante, lo más importante para nosotros —d