Voy casi corriendo al encuentro de Henry. Me ha citado para almorzar en un hermoso restaurante en el centro. Como faltan Clío, Leo y David, Henry y yo estamos prácticamente solos en la empresa. Al fin llego y lo veo que me hace señas desde el fondo del restaurante. Camino agitada entre las mesas hasta llegar.
—¿Por qué me hiciste venir hasta acá? —pregunto. Me hace un gesto con la mano para que guarde silencio y me señala la mesa que queda justo al lado de la nuestra, separada por una delgada pared. No lo puedo creer; en ella está Edna junto a Cintia y otra chica que creo haber visto antes. Al parecer, discuten entre ellas. —¿Cómo sabías que se iban a reunir? —pregunto con curiosidad. —No lo sabía, llegaron mientras esperaba por ti —contesta en un susurro. Me cambio de silla para quedar pegada a la pared y