En la mansión Castrioli, el Boss se aseguraba que sus nietos comieran mucho pollito y verduras, estaban todos en el comedor, los niños querían hamburguesa o pizza, pero el abuelo no los iba a dejar hacer lo que se les viniera en gana
— Abuela, podemos cenar en la noche una rica pizza — El pequeño Nathanael estaba tratando de convencer a su amorosa abuela
— Nathanael, ¿te tengo que recordar lo que le hicieron a los conejos?
— Ah, eso, abuelo, solo los pusimos más lindos, no se murieron, ¿cierto? estás siendo exagerado, ¿no se te antoja una gran rebanada de pizza con mucho queso derretido? mmm...
— No, no se me antoja, el pollo y las verduras están bien
— Cariño, los conejos están bien, ¿qué tal si pedimos una rica pizza para cenar?
— Estoy a dieta, cenaremos ligero, este par de diablillos no se van a salir con la suya, como dije no habrá pizza ni Kentucky, dejen de tratar de persuadir a su abuela, ¡si siguen les quitó el postre!
— Mmmm... abuela, que delicioso está el caldito de pollo