Siena puede sentir como el piso bajo ella se vuelve inestable, una sensación de vértigo se dispara por todo cuerpo y su cabeza vuelve a pensar y doler. ¿Suegra? Entonces… ¿Franco se casó?
“Claro que se casó, ¿de verdad pensaste que él frenaría su vida por ti? Reacciona, si no luchó por ti antes, entonces ¿por qué se frenaría ahora que ni siquiera te recuerda?”
Hundirse en esos pensamientos no la ayuda para que el aire se sienta menos tenso.
—¡Mami! —La dulce voz de Victoria irrumpió como un rayo de luz en medio del incómodo momento.
Por instinto, Siena se aparta de Johanna y Franco para moverse en la dirección de donde viene su pequeña e inclinarse para recibirla entre sus brazos. Alzándola con facilidad, deposita un beso suave en su mejilla. Victoria solo ríe feliz por el gesto de cariño y rodea el cuello de su madre para luego acercarse con total complicidad.
—Te ves hermosa mami… como siempre —susurra, o por lo menos eso intenta, ya que Johanna y Franco logran escucharla.
Siena no