Angélica se acomodó en el sillón, absorbiendo cada palabra.
—Lo intenté, mamá. De verdad. Traté de evitarlo. Quise alejarme de ella en todos los sentidos. Pero no pude. —Los ojos de Thor brillaban de humedad—. Lo que siento por ella… es distinto. Es más fuerte. Ni siquiera sé cómo explicarlo. Es más de lo que sentí por Karina. Y eso me asusta. Porque con Karina creí que lo era todo. Pero con Celina… —negó con la cabeza, como si no cupiera en palabras—. Es como si hubiera despertado a algo que nunca había vivido.
Angélica guardó silencio unos instantes. Sus ojos se humedecieron, pero su expresión permaneció serena. Lo entendía. Veía verdad en la mirada de su hijo. Pero aun así…
—Y ahora, Thor… ahora hay un bebé en camino. —Se llevó la mano al pecho—. Isabela espera un hijo tuyo. Eso lo cambia todo. Celina va a necesitar más que promesas. Tendrás que elegir con madurez, con responsabilidad.
Thor cerró los ojos. Culpa, amor, miedo y angustia se enredaban en un nudo dentro de su pecho.
—L