Las palabras de su padre, que no dejaba de abrazarlo, le proporcionaban un atisbo de luz en medio de la oscuridad a Marlon, despertando en él la necesidad de proteger a sus hijos y de brindarles todo el amor y cuidado que les había sido arrebatado por culpa de otros. Fue lo que lo hizo reaccionar.
—¿Qué va a ser de ellos si te meten en la cárcel, eh? ¿Y Marcia? —siguió hablando el señor Rhys—. Tienes que ser fuerte, hijo, y no dejar que Reutilio te destruya; vamos, reacciona. Marlon sabía que su padre tenía razón y que el camino hacia la sanación sería largo y tortuoso. A pesar de las emociones oscuras que lo acechaban, también había una chispa de determinación para reconstruir su vida y encontrar un nuevo propósito. No podía permitir que el odio y la venganza lo consumieran por completo, pues eso solo lo arrastraría m