Salen rápidamente hacia la casa de los Rhys, seguidas por varios camiones cargados con todo lo que Félix había solicitado para atender a los niños. La comitiva avanza con premura, pero justo cuando están a punto de llegar, un joven aparece de repente en el camino, haciéndoles señas desesperadas para que se detengan.
Los vehículos frenan en seco, y los guardias de seguridad se acercan al muchacho, manteniéndose alertas. —Necesito hablar con Marlon Rhys, es sobre Reutilio, su hijo mayor —dice el joven con evidente nerviosismo y voz temblorosa, como si cargar con ese mensaje fuera una tarea abrumadora. Camelia, sin detenerse a preguntar más detalles, consume por la ansiedad de llegar a la casa cuanto antes, da una orden contundente: —¡Llévenlo con nosotros! Los guardias obedecen, escoltando al joven hasta uno de los vehí