La señora Aurora se dirige a la planta baja, donde está la habitación de la abuela Gisela. Al llegar, escucha risas y alegría. Toca suavemente y Camelia abre.
—Hija, disculpa que interrumpa, pero creo que si no vas a ver a tu novio, no se va a dormir y le hace mucha falta —le pide con suavidad.Camelia se asusta de inmediato preguntando si se siente mal. La señora Aurora se apresura a negarlo, pero le recuerda que todavía no se ha recuperado del todo y con tanto ajetreo, se ha cansado mucho. Con cariño le pide que vaya a verlo un momento. Luego deberá regresar para probarse el vestido de novia, ya los han traído y espera que alguno le guste.—No se preocupe, sé que sus nueras y usted tienen buen gusto, alguno me servirá —dice Camelia con sencillez.Nadia, que las había estado escuchando, interviene diciendo que ella también eligió algunos. Tam