Camelia reflexionó por un momento, pensando que eso era muy bueno, porque al estar ocupada estaría metida en sus cosas. Luego, le informó que los padres de Nadia también estarían en el restaurante con ellos. Les pedirá que pasen por ella para que los espere allá.
—No hace falta, querida, yo me las arreglo —contestó su abuela y, con una gran sonrisa, agregó—. Por cierto, Cami, estás muy linda; casi no te reconozco.—Gracias, abuela. Ya conoces a la loca de Nadia. Esto es obra de ella —dijo girando para que ella pudiera apreciarla mejor.—Hiciste muy bien. De ahora en adelante, vístete así —fue el consejo que le dio.Al terminar, todos se marcharon a la empresa, donde se reunieron con otros y se mantuvieron trabajando todo el tiempo. Marlon presentó a Camelia como la responsable, a partir de ahora, de recibir todas las quejas, informa