Lucía
Tengo un día en casa y por fin siento que he dormido hasta descansar, simplemente es estar de nuevo en los brazos de David lo que me hace volver a sentirme tranquila.
He estado con Pía durante el desayuno y la comida, hace un par de horas David me dijo que tenía que salir a solventar un par de asuntos.
Ambas nos recostamos en los camastros alrededor del bonito jardín, me siento relajada al fin.
—Creo que si has cambiado a mi hermano —dice Pía y yo bufo
—No lo creo —ella vuelve a asentir
—Estaba decidido a dejarnos presos de por vida y ahora milagrosamente piensa que es buena idea dejar de controlar nuestras vidas&hellip