Un equipo de seguridad para la familia.
Los trillizos se quedaron muy bien protegidos por los hombres que contrató el eficiente asistente, no debían perderlos de vista, que nadie saliera o nadie entrara a la villa sin que ellos se enteraran
Los niños eran lo más valioso que tenían Sergey y Isabella. Además de los guardias que permanecieron posteados afuera, había tres dentro de la mansión que recorrían toda la casa, esos niños eran el tesoro de sus padres.
— Alexander, Vamos a estar a salvo aquí, ¿Cierto? — El pequeño Alexandro preguntaba a su hermano.
— Por supuesto Alexandro. Mamá y papá no van a dejarnos desprotegidos. Debemos esperar y ser buenos, les advierto que no pienso tolerar sus peleas.
— Estás muy gruñón Alexander. — Aleksey no se guardó su opinión.
— Ya están advertidos.
Más tranquilos los niños siguieron comiendo su merienda, se sentían a salvo, sobre todo el mayor de los hermanos que había vivido el trauma de ser secuestrado y ver a su padre ser herido de bala por el chef Oliver.
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