El amor de Sergey por su familia.
Isaías Rossi se acercó a abrazar a su hija, sabía que estaba a punto de derrumbarse, había visto al CEO ruso en muy mal estado y eso era un golpe duro para ella.
— ¿Mamá, estás bien? ¿Papá sigue vivo? Dinos la verdad mamá. — El pequeño Alexander preguntaba a su madre.
— Alexander, tú padre sigo vivo. El dijo que peleará y saldrá adelante con su salud. Ahora vamos a casa, tengo que darme una ducha rápida y cambiarme de ropa. Ustedes se quedarán al cuidado de la niñera y serán buenos y pacientes. Yo vendré y acompañaré a papá. ¿Esta claro?
— Si mamá... — Los niños dijeron a coro. No estaban de acuerdo pero debían obedecer.
(...)
En la habitación donde Griselda descansaba, Grace y el CEO Larsson llegaron de sorpresa y sin avisar. El señor Smith ya se sentía un poco mejor y estaba sentado en un sofá conversando con Ismael.
— Papá, estamos aquí, venimos a ver a mi hermana. ¿Cómo está ella?
— ¿Cómo va a estar? Esta mal, ahora mismo está descansando. No creo que su estado le