Mi presente es mi pasado.

CAPÍTULO TRES: MI PRESENTE ES MI PASADO.

Alice Collins.

(A continuación)

Por un instante, Alice pensó en alejarlo, pero cambió de parecer cuando echó un vistazo sobre su hombro y, en medio de la oscuridad, vio a su amiga muy entretenida bailando.

Se dejó llevar por la melodía y también guiar ese hombre que la envolvía con su calor y aroma. Él la arrastró a perder la cordura y la razón, y ella se dejó llevar, encajando perfectamente con él.

Sus palabras seductoras e inesperadas salieron de su boca, y su aliento chocó con el de ella, mezclando olores a menta y alcohol a partes iguales. Su piel se erizó y una fuente magnética creció dentro de ella, amenazando con un choque eléctrico en todo su sistema. Nunca había sentido algo igual o similar.

¿Quería ver su rostro? ¿Quería ver quién era el hombre que la tenía entre sus brazos, bailando y dejándose llevar por él?

Él se despegó un segundo para darle la vuelta, ladeó la cabeza y su rostro cayó sobre el cuello de ella. Sus brazos rodearon su cuerpo, mientras sus manos entrelazadas con las de Alice reposaban en su vientre.

«Me gusta y me siento sexy y deseada al mismo tiempo», pensó Alice.

La pelvis de él rozaba su nalga con cada movimiento de cadera. Aún no había podido ver su cara ni ponerle un rostro a esa burbuja en la que estaba atrapada.

«¡Maldición!», pensó. «Huele malditamente bien y no puedo imaginarme cómo puede ser».

La música se detuvo y la pista se iluminó, dándole un rostro a ese cuerpo que la había guiado al compás de la melodía, a esas manos que la habían tocado y a ese olor que ahora tenía una cara. Sus ojos verdes quedaron atrapados por esa mirada azulada. Su boca se abrió y se secó al ver lo apuesto que era.

— ¿Los ángeles están cayendo del cielo? —logró mencionar en medio de su embriaguez.

— No —manifestó él, moviendo la cabeza de un lado a otro, para luego levantar un dedo hacia arriba—. Este humano fue creado en la tierra —exclamó con esa voz que hacía que su ritmo cardíaco perdiera la quietud.

— Puedo ser tu ángel, llevarte a ver el cielo y las estrellas —ofreció—, o llevarte al infierno, cariño.

Alice se sintió mareada, necesitaba un trago, y justo una bandeja pasó a su lado. No le importó para quién era y absorbió el líquido de un solo trago, que le quemó la garganta hasta el esófago y le encendió las orejas.

Se sorprendió de que él la hubiera escuchado; pensó que lo había dicho para sí misma.

— ¿Ves, cielo? —la atrajo hacia él con una sonrisa ladina—. ¡Bailemos toda la noche! —no supo si era una orden o una petición.

La música se reinició y, al mismo tiempo, la luz desapareció, excepto por algunos focos aislados. Sus pies se movían con movimientos suaves y lentos, sus brazos cayeron sobre el cuello de él y los de él la rodearon hasta la parte baja de su espalda, donde nacía la línea de en medio de sus nalgas.

Ella se dejó llevar, cerrando los ojos. Su cara cayó sobre su hombro izquierdo, bajo su mentón. Se movieron despacio al compás de la melodía y la letra de Reik.

Fragmento de la canción "Pero te conocí" de Reik

¿Sabes?

Nunca había creído en los planes

Pero te conocí

¿Sabes?

Nunca había sentido por nadie

Lo que por ti sentí

Creía que nada saldría bien al final

Estaba tan roto, ya nadie me iba a curar

Creía que tal vez lo mío era quedarme así solo, oh-oh-oh

Y de pronto, como estrella, justo en medio de este mar

Me curaste el corazón

Me enamoraste

Sin explicación llegaste así

Cuando el amor ya no sería para mí

Pero te conocí

¿Sabes?

Nadie sabe nada de nadie

Yo no sabía de ti

Pero

Ya me aprendí cada detalle

Sabes que soy así

Creía que nada estaría bien al final

Estaba tan roto, ya nadie me iba a curar

Creía que tal vez lo mío era quedarme así solo, oh-oh-oh

Y de pronto, como estrella, justo en medio de este mar

Me curaste el corazón

Me enamoraste

Sin explicación llegaste así

Cuando el amor ya no sería para mí

Pero te conocí

Oh-oh-oh-oh

Uoh-oh-oh, oh-oh-oh

Porque es cierto que una estrella no se estrella por azar

Y el destino supo hablar y yo escucharte

Sin explicación llegaste así

Cuando el amor ya no sería para mí

Pero te conocí

FIN DEL FLASHBACK

— Señora Alice, Aiden está pálido —dijo Avy. Con la mención, Alice salió de sus pensamientos y recuerdos más privados.

— ¿Qué tiene mi pequeño? —dijo, atrayéndolo hacia ella.

— Le duele la barriguita —dijo Avy, tocando suavemente el estómago de Aiden.

— ¿Te duele? —repitió Alice, y el niño asintió.

— Puede ser la altura, mi amor —le acarició el cabello—. Por suerte, traigo unas gotas. ¡Avy, por fa...!

La palabra quedó a medio camino porque Avy, como siempre, atenta, le entregó el medicamento.

— Gracias.

Después de echar tres gotitas en la boca de Aiden, se quedó con él en brazos.

Pasaron unos minutos y el altavoz anunció que ya iban a aterrizar en el aeropuerto de Heathrow.

— Pronto aterrizamos —anunció James, y la azafata lo confirmó.

— James —llamó Alice su atención—. ¿Está todo preparado en tierra? —preguntó.

— Sí, señora —confirmó él—. La están esperando.

Alice asintió, agradeciendo su eficiencia.

El aterrizaje fue limpio, sin ningún contratiempo. Ya en tierra, el aire londinense la recibió. Había vuelto a donde pertenecía, y había cumplido con las exigencias de su familia y sus propios retos. Regresó trayendo al presente un pasado que nadie sabía que existía y sin saber las consecuencias de su futuro.

«Por mis hijos, estoy dispuesta a enfrentar lo que sea», pensó.

— Mansión Collins —le indicó a James.

*****

Hola nuevamente. ¿ Le gusta nuestro primeros tres capítulos? espero que si que le esté gustando tanto como a mi...

😱 se impresionaron tanto como yo! Alice se encontró al que menos esperaba. ¿ Que creen que pasará después?

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP