CAPÍTULO CINCUENTA Y CUATRO: LA FURIA Y EL REENCUENTRO EXPLOSIVO.
Matthew Vaughn.
No puedo creer lo que mi padre ha hecho y hasta dónde ha llegado. Estoy furioso, sí que lo estoy, por la manera en que me manejó a su antojo. Aunque una parte de mí, muy en el fondo, debe agradecer que, por toda esta patraña, estoy con la mujer de mi vida y descubrí que tengo dos preciosos hijos con ella, producto de una noche que no he logrado recordar.
Sin embargo, eso no le da derecho a manejarme a su antojo como si fuera un niño. Estoy tratando de entenderlo y de comprender sus motivos, y la realidad de su confesión me golpea. No es solo el hecho de que en algún momento de mi vida no quise tener una relación sentimental, sino también la soledad de la que mi padre habla después del fallecimiento de mi madre. Todo está metido en mi cabeza, dando vueltas y vueltas.
Sigo con la rabia en mi pecho, queriendo disiparla, pero no puedo. Camino alrededor de la oficina sintiendo que mis ojos queman.
—¡Habla, Pa