Me desperte al dia siguiente por la luz que entraba por la ventana, me levanté de la cama entre en el cuarto de baño para ducharme, volviendo a mi dormitorio y vestirme, después entre en la cocina para hacerme una taza de café y comerme unos deliciosos bollitos que habían, acercandome luego al salon
— Hola ¿os pillo despiertas? — escuche la voz de mi amiga Sandra, que en ese mismo momento entraba en casa
— Tu que pasa, no sabes que cuando se tiene una noche de bodas, se levanta una tarde y echa un polvo con su estrenado marido – le dije riendome
— Ya me ha dejado tu amiga echo polvo, tranquila — me dijo David, sentandose a mi lado en el sofa, riéndonos las dos amigas de el
— ¿A qué hora sale vuestro avión? – pregunte
— Dentro de cuatro horas Y mi sobri ¿estará durmiendo? — me pregunto mi amiga
— Creo que si, después de acostarnos anoche tan tarde, no querrás que madrugue como tu — le dije
— Estás muy gruñona esta mañana Sofía, ¿es porque Mario se marchó antes de hora? — me pregunto
—