Me quedo casi de piedra al escuchar aquellas tiernas palabras y tono de voz divertido, muy propio de una mujer enamorada. Noto que Nicolae se tensa, de repente empuña las manos y desvía la mirada.
—Nic... —Asiento despacio, como analizando el apodo y a la vez sintiendo en mi interior la ira crecer—. Pensé que tú y yo teníamos un trato.
Siento dolor en mi corazón, no es que me haga sentir terrible, pero sí traicionada. ¿Y si solo aparentó ser bueno para conseguir ser rey y se aprovechó de las circunstancias?
—Te sigo queriendo, pero en todos estos años hubo alguien que se ganó mi amor también, me sentí solo y sin ayuda en esta labor tan demandante. También te pido perdón por...
Ni siquiera se atreve a continuar, ya que camino hacia él de manera intempestiva.
—¿Quererme? ¡No me digas que convertiste en reina a otra! ¿Te has casado? ¡Mi corona es mía, todo lo que hay aquí es mío! —Pierdo el control.
¿Cómo se atreve?
—No me casaría con alguien más. Amelie, tú estabas muerta y yo viudo, ¿e