La hora del almuerzo llegó, el agente subió a llamar personalmente a su huésped. Nunca antes había hecho algo parecido, pero ahora lo hacía sin pensarlo demasiado.
El agente Volkov iba a tocar la puerta cuando se dió cuenta de que no estaba cerrada, la empujó despacio y entró, quizás no debería, Pero esa era su casa, y el dominante hombre estaba acostumbrado a que ninguna puerta se cerrara para él.
Su mirada revisó el lugar, él encontró a la mujer que estaba durmiendo, se acercó pasó a paso hasta quedar muy cerca, fué entonces que pudo ver que su rostro manchado de lágrimas.
— Otra vez estás llorando... ¿Quién diablos es el causante de tus lágrimas?
El hombre se sentía realmente molesto, ella no debería de estar sufriendo por nadie.
Monse de pronto sintió que la estaban moviendo.
— Hmm... ¿Quién es...? Alejandro... Déjame dormir un poco más, cariño...
El agente se sintió disgustado, nunca lo habían llamado por otro nombre, se sentía bastante ofendido.
— Señorita V