Soy estéril, no puedo darte un bebé.
Todos los que escucharon se quedaron paralizados, se preguntaban cómo era posible que ese poderoso magnate hiciera una confesión tan fuerte delante de todos, no le había importado mantener su orgullo, además de que como Jeque su descendencia era muy importante.
— ¿Qué estás diciendo...?
Monserrat palideció, no se esperaba escuchar esa dura confesión de su marido, mucho menos en pleno evento, no entendía nada, solo sentía que el pecho le dolía.
— Como escuchaste, siento no haberte dicho antes sobre esto, siento no poder cumplir tu sueño, Pero espero que me sigas amando, y que esto no sea razón para que me abandones.
— Alejandro, ¿Qué estás haciendo? — Florencia preguntaba desde su lugar.
— Te prometo Florencia, que si sigues hablando voy a acabar contigo y tú familia, te aseguro que no tendré piedad.
— ¡Ya basta Florencia, deja en paz a la señora Ali! Podemos terminar muy perjudicados por tu imprudencia, Alejandro ya ha sido claro contigo pero tú insistes en afectar su