Le he mentido a mi esposa.
Ningún hombre haría pública una noticia tan personal como decir que es estéril, un hombre siempre tiene su orgullo, y no querrá ser señalado como que no puede tener hijos.
— Alejandro, ¿Qué pasa realmente? A menos que tengas VIH y quieras desviar la atención sobre eso, no entiendo tu inesperado anuncio.
— No tengo VIH. — Dijo el hombre con el rostro sombrío.
— Te conozco desde hace muchos años, sé que pocos hombres en el mundo tienen tanto orgullo como tú. Jamás gritarías a los cuatro vientos que eres estéril, sobre todo siendo un Jeque árabe que necesita tener herederos para continuar su linaje, y para asegurar tu posición dentro de la familia Ali.
El CEO Darkok no era chismoso. Él era un empresario serio y muy inteligente, era el heredero de un imperio que sus antepasados habían construído, ahora él llevaba el negocio con mucho éxito, se había preparado desde pequeño para suceder a su padre.
— Parece que me sabes leer muy bien, Vladimir. En cambio mi esposa es muy ing