Mi esposa es sagrada para mí.
El Jeque salió del exclusivo café, en cambio la mujer inglesa se quedó sentada derramando amargas lágrimas, ella no entendía porque él no podía amarla, se sabía bella, se sabía admirada por los hombres, pero la mirada de Alejandro Ali, ni siquiera se posaba en ella.
En el coche, apenas se subió, Amy le dijo que había problemas.
— !Alejandro, no puedo quitarte los ojos de encima un momento porque ya te metes en aprietos!
— ¿De que hablas? Explícate mejor.
— Habló de esto. — El asistente le mostró las fotos desde su celular. Estaba él con Florencia sentado en esa mesa de café, para colmo de males estaban tomadas desde un ángulo que hacia ver la escena comprometedora.
El Jeque las observó por unos momentos, estaba tan furioso.
— Carajo. ¿Cómo sucedió esto? ¡Dijiste darte cuenta de que había un paparazzi cerca!
— Vigilamos todo alrededor, esto ocurrió a menos que...
— Que Florencia lo haya llevado antes de que llegáramos. — Fue entonces que el árabe se dió cuenta de que