El Jeque llega con su esposa.
Los CEOS se quedaron impresionados, quien en su sano juicio se atrevería a ofender a la esposa de uno de los hombres más ricos del planeta. Eso era totalmente absurdo.
— Pero que carajos, enviarla a prisión por una prenda de ropa, eso es demasiado. — El CEO Vladimir Darkok estaba molesto.
— Según el agente de mi mujer, la jefa de la marca ofendió a Monserrat, mi esposa es de carácter fuerte, abofeteó a la mujer porque no se iba a quedar con la ofensa, y así fue que la policía intervino.
— Vamos, yo te acompañaré a ver este asunto.
— Cualquier cosa mantenganos al tanto. — Pidieron lo CEOS.
El elegante Jeque y el CEO Darkok salieron de la compañía en el lujoso coche del hombre árabe, este permanecía con el rostro inexpresivo, pero solamente el sabía de sus emociones internas.
(...)
Por casualidad el agente ruso se encontraba en la estación de policía siguiendo una pista de un peligroso terrorista, habían atrapado a dos de sus secuaces y los habían interrogado, él esta