La señora Alí es adorable.
Cuando Alejandro alejó su mano pudo ver la sangre en ella, en ese momento su furia era infinita, habían lastimado a su mujer, y les haría pagar.
Monserrat no se había dado cuenta de la gravedad de sus heridas debido a la adrenalina y angustia, pero al mirar la mano de su marido todo se le oscureció y cayó desmayada en sus brazos.
— !Monserrat! ¿Qué te pasa? Despierta cariño.
El Jeque vió que el bello rostro de su amada estaba pálido, trato de volverla en si pero no tuvo éxito.
— ¡Monse, despierta! — El director ruso quiso acercarse, pero se detuvo en el último momento, conocía sus límites, y en ese momento la ojiazul estaba en los brazos de su marido.
— ¡De Luca, saca a mi esposa de aquí de inmediato, el costo no importa, necesito llevarla a un hospital!
— ¡Sergey, eres la máxima autoridad aquí, interven por la señora Ali, haz que la dejen ir al hospital con su esposo, ella está mal herida!
El abogado Adriano, conocía las leyes de la mayor parte del mundo, sabía qu