Me has engañado Vladish. 
  Mientras tanto en la villa del rey de los vampiros, Elizabeth bajaba a desayunar, el cachorro la ponía muy hambrienta, ella de pronto tenía el vientre más abultado.
  — ¿Pero que te pasó por la noche? Tú barriga creció considerablemente, el embarazo está avanzando muy rápido. Para cuando ese día llegué tenemos que estar en el mejor hospital, y sobre todo de la forma más discreta.
  — ¿Me estás diciendo gorda, Vladish? Ustedes los hombres de cualquier raza son tan insensibles ante el embarazo de una chica, ¿Acaso crees que es sencillo ver cómo tú cuerpo cambia?
  — Solo dije que te había crecido el vientre, eso es obvio, ¿No sé por qué te molestas? No estoy diciendo ninguna mentira.
  — Ya no digas más, solo te estás hundiendo, mejor voy a la cocina a prepararme el desayuno.
  — Eso no será necesario, ya está listo, solo siéntate, tampoco es como si pudieras moverte a placer.
  Si no fuera porque la ojiazul ya se había acostumbrado a la forma de hablar del vampiro, sarcástica, afil