En el camino el Alfa había llamado al jefe de ginecología para que lo estuvieran esperando en la entrada de urgencias. Así que una silla de ruedas y los doctores ya estaban atentos.

Apenas detuvo el coche, el alfa ayudó a bajar a Elizabeth del auto, ella seguía en un grito.

— ¡Rápido, llevenla a atender, ha roto fuentes, y tiene mucho dolor!

— ¡De inmediato Alfa!

El equipo médico que por supuesto eran lobos, estaba por marcharse hacia él interior de la sala de urgencias, cuando la luna gritó.

— ¡El vampiro, lo necesito a él, que venga adentro, Vladish, no me abandones!

Todos en la sala se quedaron perplejos, una luna llamando a un vampiro, y no solamente a uno de ellos, si no que al mismísimo rey de los no muertos. Ellos supieron de quién se trataba apenas lo vieron llegar.

— Luna, ¿Por qué llamas al vampiro y no a mi? ¿Es que no significo nada para ti?

Preguntaba el Alfa con una mezcla de dolor y molestia.

— El debe venir necesito que me ayude, te lo ruego, t