C9-LOCO POR ELLA.

La lluvia fina le pegaba al parabrisas y Draxel esperaba con el motor encendido, los ojos en la puerta trasera del restaurante donde Matteo había entrado hacía veinte minutos.

Habían pasado tres días desde el club. Tres días siguiendo al chico, sin llamar a Sofía y tampoco sin dormir bien.

De repente, Matteo salió al callejón con el abrigo a medio poner y no estaba solo. Un hombre mayor lo esperaba, traje oscuro, paso seguro, ambos se dieron la mano y caminaron sin prisa hacia la esquina.

Draxel los siguió a distancia y vio cuando doblaron por una avenida, subieron a un sedán negro y arrancaron. Él mantuvo la distancia, cambiando de carril cuando era necesario y los vio detenerse frente a un bar discreto.

El mayor entró primero y Matteo miró el teléfono, dudó y lo siguió. Media hora después salieron. Había otra actitud: el mayor hablaba, mandaba y Matteo asentía, como si la decisión ya estuviera tomada. Fue entonces cuando Draxel bajó del auto, con las manos en los b