C8-VIRUS DE HERMANO MAYOR.

Media hora después, el auto de Draxel se detuvo frente a la entrada principal de la mansión.

Sofía tenía esa sonrisa pícara que siempre lo desarmaba, mientras le arreglaba el cabello y le limpiaba una mancha de lápiz labial del cuello.

Draxel también sonreía; el mal humor de los últimos días se había esfumado por completo.

—¿Vas a bajarte? —preguntó ella, mordiéndose el labio para contener la risa.

—Sí —respondió él, bajando el tono—. Hay algo que quiero comentarle a tu hermano.

—¿Le dirás que me sacaste del club y quedarás como el héroe? —lo pinchó ella con sarcasmo.

—Algo así —contestó, encogiéndose de hombros.

—Por la diosa... ni siquiera lo niegas. Qué descarado eres.

Draxel se inclinó y le tomó el rostro entre las manos.

—Prométeme que no volverás a ir a clubes ni a salir con tipos raros, ¿de acuerdo? Lo que dije sobre los cazadores va en serio, Sofía. Debes cuidarte.

Ella lo miró y notó la preocupación genuina en sus ojos, así que asintió.