C35-ESTRATEGA INESPERADA.

La sala del consejo hervía y las voces de los betas chocaban unas con otras, cada uno defendiendo su propuesta de mandar guerreros al territorio vecino que había traspasado los límites. Rowan, sentado en la cabecera, escuchaba con el ceño fruncido, inclinándose hacia adelante con los brazos apoyados sobre la mesa.

Anya, a su lado, permanecía en silencio.

Había pasado toda la reunión tomando notas, observando, intentando aprender cómo funcionaba ese mundo que aún le resultaba extraño. Pero en un momento levantó la vista, clara y firme.

—¿Y si en vez de enviar guerreros… enviamos un regalo? —su voz cortó la discusión como un cuchillo—. Una oferta de paz. Eso demostraría que somos tan fuertes que no necesitamos pelear.

El silencio cayó de golpe y todos giraron hacia ella con el ceño fruncido. Los betas se miraron entre sí, incrédulos. Incluso Rowan alzó las cejas, sorprendido.

Anya se puso de pie, con seguridad y su pantalón ajustado no pasó desapercibido, tant