C152- TENSIÓN EN LAS ALTURAS.

El amanecer pintaba el cielo con tonos de sangre y fuego, y los griffins, con su pelaje dorado y las garras reluciendo bajo la primera luz, se movían inquietos, golpeando el suelo con fuerza.

Axel observaba en silencio, sabía que era el inicio de una batalla. Pero su mente no estaba en la pelea que se aproximaba, ni en el plan.

Estaba en ella.

En la maldita princesa que caminaba unos metros más allá, revisando sus armas sin mirarlo ni una sola vez.

«Perfecto», pensó con frustración. «Ignórame. Eso se te da bien».

Blaze soltó una carcajada seca dentro de su cabeza.

—¿Ignorarte? No puede. Sabe que la hueles, que la sientes y que la quieres. Vamos, admítelo.

Axel apretó la mandíbula.

«No empieces».

—Oh, ya empezamos. No hay vuelta atrás, hermano. Esa mujer es fuego, y tú estás jugando con queroseno, nos vamos a quemar, ¿eh?

Axel rodó los ojos y se acomodó las botas. Lo que menos necesitaba en ese momento era escuchar el tercer enamoramiento de su lobo.

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