C123-INVITADO.

Axel tardó en responder. Tragó saliva, bajó la vista y murmuró con voz contenida:

—Escuché los rumores… y cuando supe del secuestro de Aidan, simplemente lo supe. Lo sentí. Y no podía quedarme de brazos cruzados.

El tono sonaba convincente, casi dolido, pero algo en su mirada no encajaba. Sofía lo notó, Jacob también, y Cassian todavía más, pero lo observaba en silencio, como quien analiza un enemigo más que a un aliado.

Rowan dio un paso al frente.

—¿Y cómo demonios lo “supiste”? —siseó.

—No sé —dijo Axel, levantando las manos—. A veces los lazos de sangre son más fuertes que la lógica. Lo sentí. Fui a las montañas y lo encontré.

—Qué conveniente —escupió Rowan, masajeándose la mandíbula—. Justo cuando estábamos a punto de morir, apareces tú, el héroe, el salvador… y ahora el padre.

El silencio se quebró con ese último golpe, y Anya apretó las manos, conteniéndose. Ella también lo sentía, ese algo en las palabras de Axel que le quemaba por dentro. Quería