Ariadna abrió sus ojos de par en par, observó la cara de desconcierto de Fernando.
—¿Disculpe cómo llamó a Fernando? —preguntó Ary y caminó hasta quedar frente a ella.
—Mi hijo —respondió Eugenia observando con curiosidad a la señora Grimaldi.
Ariadna soltó una risa irónica.
—¿Su hijo? —cuestionó bufando—. Después que lo abandonó a su suerte, a él, a su padre y a su hermano menor... ¿No le da vergüenza venir a buscarlo? ¿Qué clase de ser humano es? —investigó a manera de reclamo la señora Grimaldi, colocando sus manos a ambos lados de la cintura.
—Usted no es nadie para juzgarme —increpó Eugenia con seriedad.
—En efecto no tengo derecho a recriminarle, sin embargo, para Fernando, yo soy su madre —declaró Ariadna, llena de orgullo—. Yo lo encontré cuando era niño vendiendo en la calle, exponiéndose a tantos peligros, mientras uste
Esperemos que con terapia, estos chico superen sus traumas. ¿Esperaban que Kate perdonara a Fer?